FEDERICO GONZÁLEZ SUÁREZ V.S. ENRIQUE AYALA MORA

FEDERICO GONZÁLEZ SUÁREZ


Escribir la historia de un pueblo es narrar su origen, sus adelantos, sus vicisitudes y los caminos por donde ha llegado al punto de grandeza o decadencia moral, en lo que lo encontró el historiador en el momento en que emprendió su narración. En la vida de los pueblos hay edades diversas, como en la vida de los individuos; pues nacen, prosperan y decaen, cual si recorrieran, como el individuo los días apacibles, de la infancia, los momentos fugaces de la juventud y las molestas jornadas de la ancianidad.
De la reunión de complicadas circunstancias nace la prosperidad o decadencia de un pueblo: la condición del suelo en que vive, sus ocupaciones necesarias, las razas diversas de que esta formado, las relaciones que las unen, sus hábitos de vida, y mas que todo, las creencias religiosas, son elementos que contribuyen a la prosperidad o decadencia de un pueblo. Ninguno de esos elementos ha de perder de vista el historiador, si quiere acertar en el juicio que forme la vida del pueblo, cuya historia pretenda narrar.  

ENRIQUE AYALA MORA

Escribir Historia es siempre un desafío. Y lo es aún más cuando se pretende resumir en pocas páginas diez o doce mil años, por la necesidad de ofrecer una breve visión global de la vida de lo que llegó a ser Ecuador, nuestro país. 
Para los conquistadores, los pueblos conquistados no tienen historia. Por ello, en la versión tradicional, la época anterior a la invasión europea se denomina “Prehistoria”, como si la historia hubiera comenzado con la conquista. Pero la verdad es que los pueblos aborígenes no fueron meros receptores sino actores de un proceso iniciado milenios antes. Por eso, el extenso lapso que va desde el poblamiento inicial de Andinoamérica Ecuatorial hasta el fin del Imperio Incaico debe ser considerado como una época histórica específica, la Época Aborigen. Los arqueólogos han trabajado mucho en un esfuerzo de periodización de esta época, enfatizando criterios de ocupación espacial y avances en la producción de artefactos. Se ha establecido de ese modo la secuencia: Precerámico, Formativo, Desarrollo regional e Integración. Sin negar los aportes valiosos de esta perspectiva de análisis, a la luz de los avances de la investigación reciente, vamos a enfatizar más bien los hitos que marcan las grandes transformaciones que sufrió la sociedad en su conjunto, desde la ocupación territorial originaria hasta pueblos en donde se dio el desarrollo del Estado.