UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD
DE JURISPRUDENCIA, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
ESCUELA
DE SOCIOLOGÍA
FORMACIÓN
SOCIAL DEL ECUADOR
Nombre:
Luis
Andrés Pallasco
Curso:
Sociología
IV, Paralelo I
Tema:
Historia del arte colonial ecuatoriano
Objetivo:
Manejar
la historia artística de manera autónoma y resaltar la producción artística de
dicha época.
En
el presente trabajo se analizará una serie de relatos históricos sobre arte
colonial ecuatoriano, con el objetivo de resaltar a los objetos y a sus
creadores y elevarlos de manera simbólica de igual manera con el fin de
reconciliar al pasado con el presente ecuatoriano, este trabajo va a fijar su
mirada en el lugar que ocupa el arte en la época de la colonia en el imaginario
colectivo de los ecuatorianos.
De
manera destacada se ha tomado muy en cuenta a la Escuela de Arte Quiteña, como
símbolo de prestigio del arte y la cultura quiteños sin embargo no se ha
analizado el alcance de dicho término o se ha investigado sobre la vida y obras
de Miguel de Santiago o de Goribar es decir se encuentran de algún modo en un
estado mítico.
En
el proceso de este trabajo se tomara en cuenta la mitificación de estos
artistas y para argumentar diré que el arte está ligado al grado de progreso y
civilización del pueblo ecuatoriano, esto se ha logrado por la colonización de
España.
Bajo
una ideología histórico materialista a principios del siglo XX, el primer
personaje en realizar un análisis del arte en el Ecuador es Federico González
Suárez y un sinnúmero de intelectuales conservadores, laicos y religiosos,
estos se encargaran de realizar un análisis minucioso de la historia del arte
quiteño en base a fuentes documentales y una gran fuerza investigativa.
A
partir de 1860 los gobiernos ecuatorianos concentraban sus fuerzas en implantar
modelos progresistas dirigidos a la modernización de la nación. Estos modelos
muy a parte de la diferencia entre conservadores y liberales ayudo a conformar
a la sociedad ecuatoriana de aquí que se ponga énfasis en el arte como objeto
de estudio tanto en sus formas como en sus contenidos.
Al
analizar el arte colonial ecuatoriano debemos tomar muy en cuenta la influencia
de las élites latinoamericanas que buscaban una ansiada vinculación con dichos
centros artísticos y económicos sin estar incluidos dentro de una esfera
cultural solamente con el objetivo de demostrar progreso local.
La evidencia que se encuentra asevera que la
primera escuela de arte quiteña fue fundada por Miguel de Santiago, de aquí que
esta esté dividida en dos fuertes elementos me refiero a la pintura y a la
escultura, los artistas ecuatorianos eran comparados básicamente con los
artistas del renacimiento italiano ya que se situaba a la cultura europea como
un modelo universal y progresista.
La
Escuela de Arte quiteña tuvo su mayor apogeo en los siglos XVII y XVIII,
justamente en los siglos de dominación española, tiene su origen en la Escuela
de Artes y Oficios fundada en 1555 por sacerdotes franciscanos, que luego se
transformaría en el colegio San Andrés que funciona hasta la actualidad.
La
pintura quiteña se caracterizó por un juego de colores ocres y fríos muy
apegados al europeo, utiliza grandes espacios abiertos y trabaja a los seres
humanos en forma lineal, de aquí que los mayores representantes de la pintura
quiteña fueran Miguel de Santiago, Nicolás Javier Goribar y Bernardo Rodríguez
con Manuel Samaniego. Es importante pensar en que el arte va adquiriendo
idiosincrasia del medio al que pertenece es lo que nos explica Albornoz “Puesto
que uno de los principios innegables del arte, su carácter de universal,
establece que todo lenguaje formal general, al ser acogido por un grupo
específico adquiere rasgos idiosincrásicos que le dan su sentido de identidad,
se puede establecer que en Quito se desarrolló a partir del siglo XVI, una
escuela artística regional de incomparable calidad” (Albornoz, 2000: 9), de
aquí puedo argumentar que la Escuela quiteña sea una mezcla o un proceso de
transculturización entre culturas aborígenes y culturas europeas renacentistas,
Quito es la excepción del desarrollo cultural en Iberoamérica ya que a pesar de
estar ubicada en el callejón interandino mantuvo contactos con Europa lo que le
permitió influenciar sobre otras provincias novohispanas, ahora puedo explicar
que como el arte es una expresión del momento histórico del pueblo, el artista
quiteño traduce este momento político, socio-económico y religioso de una
determinada etapa del Ecuador. De esta manera el arte quiteño expresa un
catolicismo criollo ya que su lenguaje es religioso y a la vez lo hace
estéticamente, contiene un muy fuerte lenguaje espiritual, traducido en el
impacto de las culturas europeas sobre Iberoamérica.
Bien
ahora, incluiré una pequeña biografía de los más altos representantes de la
Escuela quiteña:
Bernardo
de Legarda, fue un escultor, imaginero, dorador, pintor, platero, y espejero
quiteño nacido a finales del siglo XVII, hijo del señor Lucas de Legarda y de
la señora María del Arco, a pesar de haber nacido en hogar de escasas
posibilidades económicas, gracias al esfuerzo de su padre pudo ingresar en
algunas escuelas que surgieron en Quito colonial donde aprendió de todos sus
maestros los secretos del arte de esa época. Su invalorable obra artística gozo
de apogeo en los años de 1730 y 1773, se caracterizó por los temas religiosos,
retablos y calvarios que aun adornan en calidad de reliquias los más antiguos
templos de la ciudad.
El
taller de Bernardo de Legarda funcionaba en San Francisco, en este lugar sus
discípulos obedecían órdenes del maestro, la primera persona en maravillarse
con el arte de Legarda fue el padre Juan de Velasco.
La
obra más conocida de este maestro es la “Inmaculada” denominada también como la
“Virgen de Quito” que en la actualidad reposa como reliquia en San Francisco,
esta virgen fue tallada en el año de 1734 lo que dio éxito al maestro, como es
de conocimiento de todos los quiteños esta inmaculada tuvo una réplica a una
escala gigantesca y esta reposa en la cima del panecillo, Legarda fue uno de intérpretes
del culto a María de aquí que aparezcan conceptos que dieron al maestro
relevancia como por ejemplo su visión de la virgen sin macilla, en actitud de
aplastar la cabeza de la serpiente, entre sus más notables trabajos se destacan
el retablo del altar mayor de la Merced, la Virgen del Quinche, Nuestra Señora
de Chiquinquirá y Nuestra Señora del Rosario. Como imaginero Legarda convirtió
las naves de los templos en galerías de arte, haciendo resaltar claro esta su
carácter devoto además de su belleza, Legarda se desempeñó de mejor manera en las inmaculadas con forma de
hollar, es decir con la cabeza de serpiente a sus pies, el maestro fue una
mezcla de sentimiento religioso y místico de esta manera logro producir bellas
imágenes, por otra parte como imaginero de igual forma fue el primero en
emprender a dorar el altar mayor de la iglesia de la Compañía y decoro la media
naranja de la cúpula del Sagrario, Legarda murió en su ciudad natal Quito el 31
de mayo de 1773.
Miguel
de Santiago, notable pintor quiteño nacido en el año de 1630, hijo del señor
Lucas Vizuete y de la señora Juana Ruiz, quienes lo bautizaron con el nombre de
Miguel Vizuete, tomo el nombre de Miguel de Santiago al ser adoptado por don
Hernando Santiago, fue discípulo de Hernando de la cruz y de uno de sus
discípulos un indio llamado Domingo.
Miguel
de Santiago es el intérprete pictórico de la devoción quiteña del siglo XVII,
una de sus mayores obras: La Inmaculada, en sus pinturas se puede notar el
carácter teológico, entre otras obras tenemos: La Inmaculada Eucaristía, La
vida de San Agustín, Los milagros de nuestra Señora de Guápulo. Miguel de
Santiago fue un innovador, era demasiado exigente con la calidad de sus
materiales, a partir de esto los pintores extendieron las posibilidades
cromáticas.
Miguel
refleja con pasión la realidad física y humana del país, este modelo serviría
en el país como brújula durante mucho tiempo, lo que destaca de este pintor es que
su obra más importante Los milagros de nuestra Señora, no está pintada bajo
ningún modelo anterior sino que más bien el pintor tiene fija su mirada en la
realidad que gira a su alrededor, de aquí se desatan las leyendas acerca de
Miguel de Santiago, como era tan apasionado por su trabajo y si se quiere perfeccionista,
en su obra: Cristo del Consuelo, obra en la cual se destaca su excepcional
realismo, el maestro flagelo a uno de sus alumnos para poder captar
frenéticamente lo que iba a pintar, es decir lo que el maestro buscaba era
captar la agonía de su discípulo para poder llevar su pintura a un realismo
extremo, cuentan que el maestro atravesó con una lanza el corazón de su
discípulo, el cual en la cruz convulsionaba y se retorcía por los estragos de
la muerte, era el momento para que el maestro capte todo el dolor y pueda
pintar con verdadero frenesí su cuadro y representar su perfeccionismo.
Debido
a esto crimen se refugió en el convento de San Agustín, hasta que fue absuelto
de culpa por la maestría de su obra.
Miguel
de Santiago murió el 4 de Enero de 1706, dejando una fortuna que reflejaba el
modesto salario que pegaban a los artistas en la época de la colonia, fue
sepultado en el convento donde se mantuvo refugiado.
Lo
más destacable del maestro es que algunas de sus obras fueron a parar en Roma,
a donde fueron enviadas por su perfecto acabado y composición según información
de Jorge Juan y Antonio Ulloa.
Ahora
analizaré como estaba compuesta la Iglesia en la época colonial, esta
experimento una época de oro sobretodo en el siglo XVII, de esta manera el arte
religioso y la arquitectura brillaron como nunca con los maestros antes
mencionados, la evangelización penetro en zonas tan lejanas que llegaron hasta
el Brasil, así la Iglesia católica iba incrementado su poderío. “Los conventos
masculinos y femeninos prosperaron y se convirtieron en focos de un profundo
misticismo.” (Espinoza, 2010: 335), es decir lo que nos explica el autor es que
la religión se extendió de una manera abrupta lo cual modifico incluso el
sistema del arte capitalino, de esta manera la economía de la iglesia se fue
extendiendo, “Consecuentemente, el papel económico de la iglesia adquirió un
enorme peso, tanto así que el crédito y la producción agrícola estaban
fuertemente controlados por la iglesia y entremezclados con el sistema de censos
y capellanías que buscaba la salvación de las almas de los muertos a través de
misas pagadas de antemano a favor de los difuntos.” (Espinoza, 2010: 335-336),
con el acontecimiento que tuvo auge la iglesia católica fue con la contrarreforma,
es decir hubo una pugna directamente desde Europa entre católicos y
protestantes que hizo que la iglesia se tornara más dinámica.
Ahora
también aparecerá como eje central el Modelo Constitucional que se desarrolló
en la Real Audiencia de Quito para esto Espinoza nos explica que: “La
descentralización que experimentó el imperio español no dejo de reflejarse en
su ideología. Cobró fuerza la fórmula del pacto de sujeción que enfatizaba la
relación entre el rey y cada una de las regiones y las ciudades a él
subordinadas.” (Espinoza, 2010: 334), de esta manera el contractualismo que se
experimenta en esa época no es puramente filosófico sino que más bien se
experimenta como una forma cultural por parte del imperio español, existe un
esquema en donde los reinos semi-autónomos expresaban su lealtad al rey con la
renovación del contrato entre la localidad y la monarquía, el rey se
comprometía a elegir a las autoridades locales, el papel de jueces se volvió
primordial en la Audiencia de Quito, es decir estos eran los encargados de
casos como asesinato, aunque en sus manos estaba el corregir estos delitos con
la pena de muerte casi nunca recurrieron a este castigo, los delitos de menor
grado se pagaban con multas o con azotes.
Volviendo
al arte Albornoz nos explica que “Morfológicamente la palabra barroco tiene
varias acepciones: a) se deriva del vocablo hispano-burgués barrueco (perla del
buen oriente, pero que por su forma irregular pierde valor) b) del visigodo
barroque (extraña) c) del latín verruca (verruga). Francisco Miliza en su
Diccionario del Arte del Diseño (1797) fue el primero en utilizarlo para
designar una tendencia artística.” (Albornoz, 2000: 13), nos explica Albornoz
que el barroco está relacionado directamente con el Manierismo, palabra que
está relacionada con formas figurativas, que al mismo tiempo señala la
desestructuración del espacio colonial, de esta manera una vez que el
Manierismo le ha abierto el camino al Barroco este hace su salto por medio del
brillo, la luz y el color, de esta manera es evidente en este tipo de arte que
la presencia de Dios es obviamente importante, en este tipo de arte es en que
se desenvuelven nuestros artistas, así es como le dan caracterización a cada
una de sus obras, en los casos más representativos de la Real Audiencia de
Quito, y se destacan y hasta inclusive sus obras son apreciadas en el exterior.
Bibliografía:
Espinoza, Carlos
(2010): Historia del Ecuador, Lexus, Quito, pp. 35-102.
Albornoz,
Ximena (2000): Historia y crítica del arte colonial ecuatoriano, en: Historia y
critica del arte Hispanoamericano Real Audiencia de Quito, pp.7-88.
Fernández,
Carmen (2007): Arte Colonial Quiteño visto desde la mentalidad progresiva del
siglo XIX, en: Arte Colonial Quiteño, pp.16-320.
Avilés,
Efrén (2014): Miguel de Santiago, en: Enciclopedia del Ecuador.
Avilés,
Efrén (2014): Bernardo de Legarda, en: Enciclopedia del Ecuador.
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