UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE SOCIOLOGÍA Y CIENCIAS POLÍTICAS
FORMACIÓN SOCIAL DEL ECUADOR I

Nombre: Gabriel Camacho                                    Fecha: 27 de Noviembre del 2015
Curso: Sociología IV

Tema: Investigación histórica de la ciudad Inca de Machu Picchu ¿En qué momento de la historia colonial está ciudad ceremonial llega a colapsar y desaparecer de los registros visuales y documentales de los conquistadores?

Introducción
Esta investigación está enfocada en dar a conocer ciertos aspectos históricos sobre la ciudadela de Machu Picchu, las diversas tesis que se tejen en torno a si esta ciudad era conocida o no por los conquistadores y si antes de su redescubrimiento por el arqueólogo Hiram Bingham, aparecía en registros y documentos de cronistas del siglo XVI, además de si existían referencias a la ciudadela en otro tipo de archivos. Lo que quiere decir que se pasara por un análisis en primera instancia histórico, para tener claro en qué momento histórico esta ciudad aparece en el Estado Inca, además de su uso y influencia en la región donde se ubica, tomando en cuenta registros y archivos de investigaciones actuales sobre el tema de algunos investigadores que dan cuenta sobre la importancia de esta ciudadela.
Las extensas explicaciones en torno a Machu Picchu, giran en torno a varias hipótesis que por lo general empiezan en el momento de su redescubrimiento y que han dado cabida a mal interpretaciones, el fin último de esta investigación es tener en claro si existió o no un registro de la ciudadela, que permitirá llegar a una conclusión clara sobre el tema.

Machu Picchu ha sido descrita desde su descubrimiento hace ya casi un siglo en la
tensión entre la perdurabilidad y la pérdida de la que habla el epígrafe. El trabajo
arqueológico, histórico, literario y fotográfico ha intentado reconstruir y redefinir la
invisibilidad, lo oculto y lo ausente en sus estructuras fragmentadas.
                                                                                                                                                                              LEILA GÓMEZ
University of Colorado at Boulder
Existe una extensa gama de estudios e investigaciones sobre la cultura Inca, sus asentamientos, territorios, practicas, costumbres y cultura dan motivo para que esto se pueda llevar a cabo, la existencia de estos documentos abre un universo de posibilidades de estudio para los catedráticos e intelectuales que tienen interés en conocer y  estudiar sobre esta cultura hoy en día, su dominación imperial se extendió por un vasto territorio que según diversas versiones de historiadores coinciden en que, comprendía desde el norte de Ecuador hasta la parte central de lo que hoy es Chile. Aclarado esto se especifica algunos datos que permitirán contextualizar y ubicar en una etapa histórica a esta civilización que aparece en el año 1100 de nuestro era, a decir verdad se tejen algunas hipótesis sobre la aparición de esta cultura en los anales de la historia continental americana, comúnmente está ligada a mitos e imaginarios colectivos que demuestran la tradición religiosa que trascendió en la mayoría de pueblos del continente americano (Mama Ocllo y Manco Capac). Pero bien hecho este recorrido histórico un tanto apresurado, se concentrara esfuerzos en la última etapa del estado inca, porque es allí donde empieza el esplendor de las ciudades su expansión y posterior conquista por parte de los españoles.
El Estado inca surgió como potencia en los últimos cien años antes del Des-cubrimiento. Llegó a dominar buena parte del continente sudamericano con cara al Océano Pacífico y su expansión se debió al genio de sus últimos tressoberanos, a saber: Pachacútec, el iniciador; Túpac Yupanqui, el conquista-dor; y Huayna Cápac, el estadista”. (María Rostworowski, 2005:15)
Si bien la mayoría de cronistas de la época hacen una descripción un tanto detallada de todo lo que encuentran a su paso en la conquista del Perú, por parte de Francisco Pizarro, hay que tomar en cuenta que algunas cuestiones como la adversidad geográfica y lingüística, que por una parte no permitió que llegasen a ciertos lugares comunicándose con los indígenas y tampoco por si solos. Es por estas razones que algunos teóricos plantean la idea de que los conquistadores no conocieron la ciudadela de Machu Picchu.
“No hay referencias en las crónicas españolas a una instalación inca en el sitio de las ruinas de Machu Picchu. Algunos autores que quieren crear un ambiente de misterio alrededor de estas ruinas han aprovechado esta situación para sostener que los españoles no conocieron Machu Picchu” (Rowe, 1990; 139). Esta ciudadela cuyas ruinas datan del año 1300 D.C,  y que posiblemente fueron construidas en el gobierno de Pachacútec, tenían un uso tanto ritual como de expansión demográfica para Estado inca. El uso final de la ciudadela quedó reservado estrictamente para la alta nobleza inca y gracias a que fue estratégicamente diseñada para aprovechar su localización al máximo, la ciudadela supo cómo alojar a más de tres generaciones a la vez que evitaba el acceso a todo aquel que no perteneciese a la nobleza inca, pues solo existía una única entrada a la que fue utilizado a su favor para mejorar las medidas de protección de la ciudad” (Blog Machu Picchu).  La ciudadela estaba perfectamente ubicada para tener un acceso restringido, es decir solo las clases dirigentes podían acceder a este palacio, además del aspecto geográfico es decir se hallaba a una altura de 2.400 metros sobre el nivel del mar y estaba rodeada de densas selvas, además de que a sus alrededores existían tantos depósitos minerales para la extracción y una extensa tierra para la agricultura. “Este inmejorable diseño arquitectónico pudo llevarse a cabo gracias a la perfecta localización y emplazamiento final de la ciudadela, la cual se aprovechó de las inmejorables condiciones de camuflaje que le proporcionaba este extremo paraje rodeado de profundos valles y espesa selva. La historia confirma que Huayna Pichu fue el punto de vigilancia de la ciudad de Machu Picchu que le servía como vigía ante las amenazadas territoriales de civilizaciones vecinas y, más tarde de los conquistadores españoles” (Blog Machu Picchu).
Con la explicación histórica del uso de la ciudadela y del papel que desempeñaba en la sociedad Inca, se deduce que a la llegada de los españoles a tierras Incásicas y con la posterior conquista del mismo, algunas ciudades y ciudadelas fueron abandonadas y su ubicación eran poco importantes dentro las pretensiones de los conquistadores. Pero en realidad esta ciudadela fue totalmente olvidada o existen registros o escritos de ella por parte de los cronistas españoles del siglo XVI. “La falta de referencias en las crónicas a una instalación inca en el sitio de Machu Picchu debe considerarse en un contexto más amplio; no hay referencias en las crónicas a instalaciones incas en todo el valle del río Urubamba desde Ollantaytambo hacia abajo.” (Rowe, 1990; 140). Esto quiere decir que existe un vacío histórico en los registros de los conquistadores, que no debe ser tomado como fin último, para llegar a la conclusión de que no existió un registro fehaciente de que esta ciudadela por parte de los cronistas españoles. Rowe afirma que “Además, las crónicas constituyen sólo una parte del acervo de información que tenemos referente a las actividades de los incas en las distintas zonas de la región andina. Hay también muchos documentos públicos y particulares que sirven para ampliar los datos proporcionados por los cronistas.” (Rowe, 1990; 140)
La idea de que no solo los registros de los cronistas españoles pueden develar si la ciudadela fue tomada en cuenta o no por los conquistadores, lleva a la afirmación que siguiendo el esquema argumentativo de Rowe, Machu Picchu si aparece en los registros y hay referencias a la misma en documentos del siglo XVI, con la particularidad de que eran un tanto parecidos al nombre que Bingham daría a esta ciudadela en su redescubrimiento arqueológico el 24 de julio de 1911.
Ahora bien estos documentos aparecen con referencias a la ciudadela como se lo había explicado anteriormente con la peculiaridad de su nombre “El documento del siglo XVI que da la referencia clave a la ubicación de Picchu es la relación que escribió Diego Rodríguez de Figueroa de su embajada a Titu Cusi en 1565.” (Rowe, 1990; 140). Estas referencias permiten decir que en realidad la ciudadela era conocida en los registros de los conquistadores españoles, pero la disyuntiva en este caso especifico es que Bingham, el re descubridor de la ciudadela no tomo en cuenta dentro de sus publicaciones referentes a Machu Picchu, a este tipo de referencias porque serian fatales para sus aspiraciones en torno al trabajo que quería realizar y la mística que giraba en torno a esta ciudadela en los años de su redescubrimiento, que sería uno de los acontecimientos arqueológicos más importantes en la historia de los pueblos andinos y sobre de todo de la nación peruana.
Continuando con otra referencia documental sobre Machu Picchu, se toma Rowe toma un estudio monográfico (1983) de Luis Miguel Glave y María Isabel Remy, que se basa en un documento encontrado en los archivo departamental del Cuzco. “Este documento habla del "pueblo de Picho" y de caciques del mismo lugar. Glave y Remy concluyeron acertadamente que este pueblo de Picho "no era otro que el actual Machu Picchu", la primera vez que esta identificación apareció publicada” (Rowe, 1990; 141)
Este texto de archivo es de vital importancia para la construcción de la historia de Machu Picchu, según el cual las tierras cultivables de los Incas en este sector, estaban estudiadas en profundidad y eran interesantes para los frailes agustinos de Cuzco, que veían en estas tierras Ollantaytambo y Chaullay, una zona rica para la producción agrícola.
“El documento contiene también referencias al uso de los terrenos después de la conquista española. En la parte baja del valle, poco más arriba de Poma chaca, el cacique de Picchu cultivaba coca. En 1568 el cultivo de la coca probablemente tuviese relación con el tributo exigido por los españoles” (Rowe, 1990; 141). Observando este tipo de documentos se tejen varias hipótesis referentes al tema, por lo general la idea de que estos sitios aledaños a Machu Picchu, tuvieran una importancia vital para ciertos sectores que se encontraban ya asentados en Cuzco en el siglo XVI, no es un tano descabellada por que para el mismo Inca Pachacútec, estos sectores tenían una gran importancia en la concepción que el tenia de nación ademas que este tipo de ciudadelas le permitían la expansión a diversos lugares tanto militarmente como culturalmente. Es decir la ciudadela de Machu Picchu, no fue reconocida por los conquistadores pero el sector donde se ubica poseía bastante importancia como ya se lo había mencionado anteriormente.
“Hay mucho más que se podría decir sobre Machu Picchu, pero lo expuesto servirá para mostrar que "el pueblo de Picho" resultará más inteligible si lo consideramos a la luz de los documentos, no como una instalación del estado sino como parte de una hacienda particular de Pachacuti IngaYupangui” (Rowe, 1990; 141). Esta referencia podría llevar a una gran conclusión en torno al tema, pero primero hay que explicar en breves líneas que la obra de Bingham, no debe ser tomada como un descubrimiento documental de las  ruinas de Machu Picchu, sino más bien como la primera referencia moderna en torno a la ciudadela que se mantuvo oculta a la vista durante más de 400 años, que se quiere decir con esto, que si bien la idea euro céntrica de descubrimiento gira en torno a todos los ámbitos dentro de la academia en todo, un tanto más dentro de las CC. SS está debe ser tomada como el punto de partida para la reflexión que tienen los académicos latinoamericanos o no europeos respecto a que se entiende por descubrimiento y qué papel juega la idea de neo colonización intelectual dentro de este ámbito, que por demás está decir que hoy en idea ha dado grandes pasos en el camino de reivindicación con su identidad ancestral y cultural.

Conclusión
Los documentos que se han escrito a lo largo de la historia refiriéndose a temas diversos  y a temas  tan particulares como el de Machu Picchu, llevan a la idea de que si bien las pruebas materiales de la existencia de un lugar pueden dar cabida a la idea de descubrimiento del mismo, esta tiene que ser sometida a rigurosos estudios y análisis que planteen que en realidad ese hallazgo material da cuenta de que antes no hubo referencia alguna escrita o oral sobre el descubrimiento en este caso Machu Picchu, da la pauta para pensar que si bien cierto Bingham da a conocer al mundo las ruinas arqueológicas de esta ciudadela, las referencias a las mismas existen en registros y documentos datados de la época colonial, que permiten dejar de lado la teoría que Bingham tenía sobre la ciudadela es decir que él era el primero en tener referencias en torno a ella y que por consiguiente fue el primero en descubrirlas. Esta conclusión abre el campo para que nuevas investigaciones den cabida a la idea de que se puede buscar conclusiones historiográficas alternas a las hegemónicas.








Bibliografía

-Gómez, Leila (2007): Machu Picchu reclamada. Viajes y fotografías de Hiram Bingham, Abraham Guillén y Martín Chambi, en: Revista Iberoamericana, Vol. LXXIII, Núm,220 http://revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/iberoamericana/article/viewfile/5341/5498

- Rostworowski, María (2005): Redes económicas del Estado inca: el “ruego” y la “dádiva, en: Rostworowski, María, El Estado está de vuelta: desigualdad, diversidad y democracia, Lima: IEP.
- Rostworowski, María (1999): Historia del Tahuantinsuyu; Lima: IEP.
- Rowe, John H. (1990): MACHU PICCHU A LA LUZ DE DOCUMENTOS DE SIGLO XVI en: HISTORICA. Vol. XIV. N l. https://scholar.google.com.ec/scholar?q=MACHU+PICCHU+A+LA+LUZ+DE+DOCUMENTOS+DE+SIGLO+XVI&btnG=&hl=es&as_sdt=0%2C5
















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